domingo, 19 de mayo de 2019

Origen del cacao

El primer registro de la palabra cacao se remonta a los Mayas entre los 400 a.C. y los 100 d.C. Aunque en investigaciones linguísticas recientes se indica que también fue usada la palabra por los Olmecas alrededor de 1000 a.C.   El género Theobroma al cual pertenece el árbol del cacao se originó probablemente en América del Sur hacia el Este de los Andes; sin embargo, el lugar de origen de la especie Theobroma cacao no es muy certero y no existe un consenso al respecto. Existen afirmaciones científicas acerca del origen del árbol del cacao en varias áreas del Centro y Sur de América:


Región Alta del Amazonas. Es posible que el árbol del cacao se desarrollara en esta zona 10,000 - 15,000 años atrás, ya que corresponde a uno de los principales centros de diversidad genética de la especie.
Región Alta del Orinoco del Noreste de Colombia y Noroeste de Venezuela. Se sugiere la posibilidad del nacimiento del árbol del cacao en esta zona debido a la evidencia de un gran acervo genético. La transferencia del árbol a México habría sido fácil desde esta zona.
Región Baja Andina del Noroeste de Colombia. Se postuló el origen del cacao en esta zona debido al gran número de especies encontradas en el lugar y por su fácil dispersión hacia México.
Centroamérica desde el sureste mexicano hasta Guatemala. Otros estudios indican que el origen del árbol del cacao se dio en la Selva Lacandona en Chiapas (México) y en el área del Río Usumacinta en las fronteras de México y Guatemala.
El cacao se dispersó ya sea de manera natural o por su transporte por parte del hombre, hacia el norte de América del sur y a Centroamérica, que eventualmente se dividió en dos subespecies: cacao criollo en Centroamérica y cacao forastero en América del Sur.

En 2008 el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México publicó estudios de las Universidades de Columbia, Arizona, Yale, Wisconsin y Kennesaw, con distintos análisis aplicados a una vasija encontrada en las excavaciones de Cerro Manatí, ubicado en Veracruz.  Estos estudios concluyen que el consumo de cacao puede haberse dado 800 años antes de lo que se creía, haacia unos  1900 a 900 a.C. Esta vasija se datadó mediante carbono 14 hacia el año 1750 a.C. y contiene restos de theobromina, componente marcador de la presencia de cacao en las vasijas.  Otros estudios emprendidos por el equipo de arqueólogos dirigidos por John Henderson (Universidad de Cornell) y Rosemary Joyce (Universidad de California y Berkeley) en 2007, no solo ratifican que ya en el 1000 a.C. se consumía el chocolate en la región sino que muy probablemente en ésta el consumo se inició hacia ca. el 1500 a. C. Se encontró en muestras de cerámica de Belice de entre el 600 al 400  a. C. Según Michael Coe, la bebida fue popularizada en Mesoamérica por los olmecas, pero la evidencia indica una popularidad más temprana.  Estudios de la cultura Maya demuestran que desde los 400 A. C. se cosechaba el cacao, ya que comerciantes de esta cultura hacían una bebida a base de cacao.  Para los Aztecas que dominaron Mesoamérica del siglo XIV hasta la conquista de México por los españoles el cacao tenía un sentido sagrado.


En los primeros tiempos el consumo parece haber sido en forma de una especie de «cerveza»; a partir de la fermentación de los granos del cacao. Tal «cerveza de chocolate», fue hallada en las vasijas cerámicas de Puerto Escondido en Honduras, y tendría una importante función ritual y muy probablemente se utilizaba en las celebraciones de matrimonios. Bastante posteriormente, los Olmecas, Mayas y Mexicas (entre otras civilizaciones mesoamericanas) comenzaron a consumir el chocolate derivado de la pasta de los granos aliñada o aderezada con chile. 

En forma semi líquida y líquida, el chocolate solía ser bebida preferida de las realezas, que lo consumían en vasos especiales (jícaras). Igualmente era considerado (con razón) un alimento tonificante o energizante, que se podía consumir mezclado en una masa de harina de maíz mezclada con chiles y miel.


De acuerdo a la mitología maya, Kukulkán le dio el cacao a los mayas después de la creación de la humanidad, hecha de maíz (Ixim) por la diosa Xmucané.  Los mayas celebraban un festival anual en abril, para honrar al dios del cacao, Ek Chuah, un evento que incluía sacrificios de perros y otros animales con marcas pintadas de chocolate, ofrendas de cacao, plumas, incienso e intercambio de regalos.


Siglos después de los mayas, los Mexicas (Aztecas) continuaron el gusto por el chocolha maya. Se sabe que el emperador Moctezuma gustaba de beber una taza de éste diluido en agua. Una leyenda dice en México que el mismo dios Quetzalcóatl (casi equivalente al Kukulkán Maya) en tiempos ancestrales dio a los hombres en sus manos las primeras semillas de cacao. Era un alimento muy común entre los Mexicas y Mayas. Su preparación se efectuaba de la siguiente manera: las semillas eran primero tostadas y luego trituradas para hacer una pasta que después se mezclaba con agua. Esta mezcla se calentaba hasta que la manteca o grasa del cacao subía a la superficie. Se le quitaba la espuma y luego se volvía a mezclar -según ciertas proporciones- con la bebida; finalmente se batía enérgicamente para formar un líquido con una espuma consistente que se bebía frío. A esta preparación de base se le añadían -según el gusto- diferentes ingredientes, como chile, achiote, vainilla y miel como endulzante y harina de maíz como emulsionante básico para absorber la manteca de cacao. El resultado era una bebida sumamente energética pero también muy amarga y picante.

 
Cristobal Colón fue el primer extranjero en beber chocolate al llegar a Nicaragua en 1502 buscando rutas marítimas para el transporte de especies hacia el Este; sin embargo, fue Hernán Cortés quien exportó a España en 1528 la receta de la cultura azteca del xocoatl (bebida de chocolate) descubriéndola en 1519 a su llegada al Imperio Azteca. Esta bebida se volvió muy popular en las cortes españolas al adicionarle azúcar.
 

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